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PARA "LIDER"


INDICE:
1.-  introducción
2.- Dios sigue llamando y preparando líderes.
2(a) la renovación generacional
2(b) Dios respeta a sus siervos
2(c) la presencia de Dios nos fortalece
2(d) toda misión esta rodeada de obstáculos
2(e) las misiones se cumplen al pie de la letra
2(f) conclusiones.
3.- Los fines de la enseñanza cristiana
4.- Que es enseñar desde el punto de vista cristiano
5.- El proceso de enseñanza --- Aprendizaje
6.- Factores que afectan el proceso de enseñanza --- Aprendizaje
7.- El cambio de actitudes
8.- Homiletica
9.- Conclusiones


INTRODUCCION
GLORIA AL Señor Jesucristo por haberme permitido en su infinita misericordia estar en sus caminos, y cada día darme la sabiduría para  lo que he recibido de gracia poderlo dar de gracia, la finalidad de este estudio es primeramente en mi Señor poder enseñar a hombre y mujeres que han aceptado al Señor y que en su anhelo de servirle a tiempo y fuera de tiempo, buscan la capacitación para el desarrollo de cada uno de sus ministerios, es verdad que la sabiduría viene de lo alto, pero Dios en su amor entrego ministerios y dones en la iglesia para que sean usados conforme a la capacidad de cada uno(Ef.4:11; Ro.12:6-8; 1Co.12:1-11),la vida nos presenta retos constantes que debemos asumir. Algunos son el producto del crecimiento espiritual o secular que nos obliga a asumir otras responsabilidades, están en el marco de lo previsible, es decir, sabemos que llegarán y en algunos casos, hasta los esperamos. Otros, por el contrario, están fuera de nuestras previsiones y pueden sorprendernos cuando tocan a la puerta. Fueren cual fueren las circunstancias, debemos estar preparados para asumir esos retos con ayuda de Dios.
 La enseñanza bíblica cristiana se encuadra dentro de la estrategia general de Dios para salvar al hombre. Dios ha constituido a maestros (Efesios 4:11) y a otros líderes de la iglesia de Cristo para que estén “aconsejando y enseñando con toda sabiduría a todos los seres humanos, para presentarlos a todos perfectos en él.” (Col. 1:28). La misión de la enseñanza bíblica cristiana es esa y tiene un fin: que los seres humanos se presenten en santidad ante el Señor.
Sin embargo,  mucho de lo que se hace con el nombre de “enseñanza cristiana” no es más que palabrería sin sentido que no va más lejos que el tiempo que se gasta en “charlar” sobre temas religiosos que no producen santidad en nadie. Y lo que es peor, se enseña como “educación bíblica” simples ideas humanas que están de moda, añadiéndoles un ropaje cristiano. No es de extrañar que ni los maestros y maestras sepan nada de lo que la Biblia enseña.
Es un urgente que las iglesias de Cristo reconozcan la grave falla que están afrontando al no tener en claro qué es lo que se pretende con nuestra enseñanza, para qué y cómo es que vamos a enseñar la Biblia.
Si nuestras iglesias no crecen, ni los miembros muestran el testimonio de honestidad y conocimiento bíblico en sus vidas, entonces no estamos enseñando lo que dice la Biblia. Si “no pasa nada” como resultado de nuestra enseñanza, entonces estamos inmersos en un rotundo fracaso. Si todo lo que hacemos es “charlar” y “platicar” en nuestras “clases bíblicas” estamos perdiendo el tiempo.
Si  nuestros niños y adolescentes no entregan sus vidas a Cristo y si nuestros adultos son unos hipócritas llenos de inmoralidad e ignorancia de las Escrituras, entonces nuestro sistema de enseñanza ha fracasado estruendosamente.
Si los que no conocen a Cristo y asisten a nuestras clases no muestran ningún interés en arrepentirse de sus pecados y bautizarse (Hechos 2:38) ni tampoco muestran el más mínimo interés en profundizar en los temas bíblicos que enseñamos, entonces no estamos haciendo nada con eso que llamamos “estudios bíblicos”.
Es necesario que todos los líderes y los maestros y maestras tengan plena claridad de lo que realmente es la Enseñanza Bíblica Cristiana, se capaciten y empiecen a buscar resultados espirituales en su enseñanza.

Su pastor y amigo: EDUAR IVAN OROZCO.     “Ministerio Evangelistico UFP” 
                            
2.- Dios sigue llamando y preparando líderes:

En esta oportunidad vamos a estar tomando del Libro de Josué, en el capitulo (1 versículos 1 al 7), y nos daremos de cuenta de la importancia de recibir con agrado y responsabilidad el llamado de Dios, el que llama capacita y entrega todas las herramientas de trabajo para así tener una victoria segura
  1.- La renovación generacional (vv.1, 2).
Los pastores y líderes de la congregación debemos formar otras personas que asuman nuestro trabajo cuando faltemos o seamos transferidos a otro lugar para desarrollar nuevas tareas en la obra del Señor. Igual con las Células o Grupos de Estudio Bíblico. Es necesario que ofrezcamos acompañamiento a quienes se perfilan como líderes potenciales. Ellos tendrán el compromiso de proseguir la tarea que hoy desarrollamos. Este principio de liderazgo tiene sustento en las instrucciones que le impartió Dios a Josué:"Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que les doy a los hijos de Israel".
2.- Dios respalda a sus siervos (vv. 3, 4)
¿Quiénes son los siervos del Señor llamados a asumir retos? Todos aquellos que profesamos fe en Jesucristo. La tarea de liderar, inicialmente recae en pastores, obreros y líderes, pero pronto recaerá sobre nuestros hombros cuando recibamos la formación necesaria. Es como una carrera de postas o de relevos en la que un atleta entrega a otro la posta para proseguir la carrera. Cuando vamos de la mano de Dios, cuando asumimos el compromiso y cuando somos conscientes de la misión que reposa en nuestras vidas, podemos tener la certeza de que las mismas palabras del Todopoderoso a Josué, se aplicarán a nosotros en el sentido de concedernos la victoria: " Yo os entregaré ...todo lugar que pisare la planta de vuestro pie".
3.- La presencia de Dios nos fortalece (vv.5)
Muchas tareas que Dios nos encomienda no son fáciles. Algunas están estrechamente relacionadas con la extensión del evangelio. Otras forman parte de la cotidianidad: Criar y educar a nuestros hijos; desarrollar eficazmente nuestro trabajo secular; orientar a una comunidad y propender por su desarrollo, etc. Cuando sentimos que no tenemos la fuerza necesaria o tal vez que no seremos capaces de asumir esos nuevos retos, es necesario recordar que Dios está junto a nosotros tal como lo anunció a Josué: "Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida... estaré contigo... no te dejaré, ni te desampararé".
4.- Toda misión está rodeada de obstáculos (v. 6).
Pensar que los grandes logros son fáciles, que son posibles en un abrir y cerrar de ojos o quizá de la noche a la mañana, es un error. Los soñadores y quienes llegan lejos saben que deben pagar el precio. Es probable que por semanas, meses o años deban sembrar semillas que sólo germinarán en éxito cuando pase el tiempo. El secreto está en la perseverancia. Este principio lo enseñó Dios a Josué y también a nosotros: "Esfuérzate y se valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos".
5.- Las misiones se cumplen al pie de la letra (v. 7).
¿En dónde radica el error que lleva al fracaso de muchas de nuestras metas y propósitos? En dejar de lado las recomendaciones de Dios, en no buscar su guía y dejarnos mover por nuestros sentimientos y corazonadas. Allí estriba el problema. ¿Recuerda a Noé? Las Escrituras muestran que fue obediente al Señor cuando le impartió las especificaciones del Arca. No modificó las pautas, las acató. (Génesis 6:22). La fidelidad a los postulados del Señor, aplicados a todo cuanto hagamos, genera victoria. "...no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas".
En Dios encontramos la fortaleza necesaria para asumir los retos que constantemente nos depara la vida. En Su ayuda y acompañamiento permanente está el secreto para salir airosos y vencedores en cuanta misión se nos encomiende. Usted y yo nacimos para vencer. Nada determina que no podamos asumir retos y además, alcanzar la victoria. ¡Usted puede, con ayuda de Dios!
Espero en mi Señor que una vez recibidas estas clases puedan estar seguro del llamamiento que Dios te ha hecho como líder, y así también puedan contribuir a la en señanza a otros para que ellos también puedan aprender y entender el significado de lo que es un verdadero líder en las manos de Jesús  y también estoy seguro que se aprenderá de cómo trazar  un mensaje aplicando la homiletica.

3.- Los fines de la enseñanza cristiana:
La conversión del adulto no creyente.
Jesucristo vino para que los seres humanos “tengan vida, y la tengan en abundancia.” (Juan 10:10). Se refiere a la vida eterna en Cristo Jesús. Todo nuestro acercamiento al adulto no creyente tiene por finalidad lograr que éste sea salvo. En palabras del mismo Cristo: “El que crea y sea bautizado será salvo” (Marcos 16:16).
La entrega a Jesucristo es un cambio radical de la persona, tanto que en muchos textos bíblicos se lo denomina “nacer de nuevo”. Si nuestra enseñanza no está planeada para que la gente crea y se bautice, entonces no estamos haciendo nada.

La edificación del creyente.
El cambio radical del creyente que se produce en el momento de la conversión toca principalmente con aquello que lo separa de Dios. La labor del predicador o maestro cristiano es ayudarle a la persona a ubicar qué es lo que le está separando de Dios, qué es lo que le impide tener una relación de santidad con Dios. Una vez ubicado esto, la persona se arrepiente y se bautiza para el perdón de los pecados. Por ejemplo, si lo que separaba a la persona de Dios era el robo, la entrega a Jesucristo hace que la persona “no robe más, sino que trabaje” (Efesios 4:28). Pero de ahí en adelante el mensaje del evangelio tiene que inundar todas las áreas de la vida de la persona, no sólo aquellas que evidentemente le impedían recibir a Cristo. Los creyentes necesitan ser edificados espiritualmente para que “arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios.” (Ef. 3:18,19). Si fracasamos en edificar a los hermanos y hermanas de las iglesias, la persona puede volver a antiguos pecados y llegar a quedar en peor condición que antes de entregar su vida a Cristo.  Los líderes y maestros y maestras de las iglesias de Cristo deben entender esto muy profundamente. Si los creyentes no son mejores cristianos que cuando se convirtieron, si “no hay progreso”, entonces lo que sucede es que no existe una verdadera enseñanza bíblica cristiana en la iglesia.
La preparación del niño para la conversión.
Eso de que “niños son el futuro de la iglesia” aparte de ser una frase muy trillada, es completamente cierto. Dios quiere que los niños sean criados “según la disciplina e instrucción del Señor” (Ef. 6:4b). Uno de los requisitos para ser anciano líder (pastor) de la iglesia es que “sus hijos deben ser creyentes” (Tito 1:6). Todas las clases y actividades que la iglesia desarrolle con los niños deben ir directa o indirectamente relacionadas con ese fin: prepararlos para la conversión.
Si los niños  y adolescentes, no entregan sus vidas a Jesucristo a su debido tiempo, se deben estar enseñando muchas cosas en las clases que la iglesia les imparte. Pero hay algo que no se les está enseñando: la palabra de Dios.

4.-  Qué es enseñar desde el punto de vista cristiano.
Ser cristiano es un encuentro personal con Dios, una relación, una experiencia. Consecuentemente, enseñar desde el punto de vista cristiano consiste en lograr que la persona tenga una relación personal con Dios y la mantenga toda su vida.
Para poder tener un encuentro personal con Dios la persona debe tener fe. La fe le llega a la persona “como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo” (Romanos 10:16). A nosotros nos corresponde enseñar el mensaje de Cristo no sólo para que la persona se haga cristiana, como acabamos de ver, sino también para que se mantenga cristiana. A los que ya son cristianos se les pide que vivan “manteniendo en alto la palabra de vida” (Fil. 2:16). En esto, el papel de la enseñanza cristiana es claro: “Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría.” (Col. 3:16).
Un problema de muchas iglesias es que muchos de nosotros creemos que enseñar es verbalizar, es decir que la persona diga en sus propias palabras lo que la Biblia enseña. Luchamos por todos los medios para alcanzar ese logro. Pero en realidad que la persona sepa en su mente una enseñanza bíblica y pueda decirla claramente en sus propias palabras no es suficiente. El cristianismo no es tan sólo una manera de pensar, sino una manera de vivir. Mucha gente conoce y expresa verbalmente muy bien los principios bíblicos, pero no los vive. Jesucristo identificó claramente ese problema en los fariseos que él tanto reprobó (ver Mateo 23:1-4). Lograr que una persona conozca la palabra de Cristo y la exprese con claridad en sus propias palabras es algo muy grande, pero no es suficiente.
Otro problema es que muchos de nosotros creemos que aunque no es suficiente conseguir que una persona conozca la palabra de Dios y la exprese en sus propias palabras, pensamos que la solución es que además de eso, la persona muestre entusiasmo por lo que ha aprendido. Pero eso tampoco es suficiente: el cristianismo no es tan solo un estado de ánimo pasajero, es una manera de vivir. Hay gente que la “pasa muy bien” en su relación con la palabra de Dios, muestra entusiasmo con la enseñanza, pero no practica la enseñanza. Conocer y decir con sus propias palabras los principios bíblicos no es suficiente. Tampoco es suficiente que la persona “se entusiasme” con la palabra de Dios.
Sí, es súper importante que la persona conozca la palabra de Dios, la exprese en sus propias palabras y se entusiasme con ella. Pero no puede quedarse ahí. Hemos realmente enseñado cuando la persona cambia su vida y vive una experiencia permanente con Dios, una relación personal con Dios.
Entonces, desde el punto de vista cristiano hemos realmente enseñado cuando al enseñar la palabra de Dios la persona logra todo esto completamente:
Conoce la palabra de Dios è Expresa en sus propias palabras la palabra de Dios Se entusiasma con la palabra de Dios, Logra una experiencia personal con Dios. Lo anterior se puede dar casi simultáneamente, si Dios quiere. Eso pasa en muchos casos en que la gente llega a rendir sus vidas a Cristo. Pero, como podemos ver en el cuadro anterior, parece darse generalmente un proceso de enseñanza – aprendizaje. Eso es lo que vamos a estudiar en el siguiente capítulo.

5.- El proceso de enseñanza – aprendizaje
Dios hizo al ser humano. Nosotros debemos aprender cómo es que funciona el cuerpo del ser humano para poder ayudarle cuando está enfermo. Eso es tarea de la medicina.
Si queremos aprender cómo es que el ser humano aprende eso es tarea de la pedagogía.
La pedagogía nos dice que el aprendizaje es un proceso. Por eso hablamos del proceso de enseñanza – aprendizaje.

Conocer la palabra de Dios.
Es importante tener claro que todo empieza con este paso. La gente tiene que entrar en contacto con la palabra  de Dios. Romanos 10:14 dice: “Ahora bien, ¿cómo oirán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito «¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!»”. Debe haber alguien que enseñe la palabra de Dios y otro que reciba la enseñanza.
Comprender la palabra de Dios.
Comprender la palabra de Dios quiere decir que sabemos lo que ella significa para nuestra vida diaria. Cuando impartimos una enseñanza bíblica, el alumno debe comprender qué significa esa enseñanza para su propia vida individual. Una manera en que podemos ver que el alumno comprende la palabra de Dios es cuando él puede explicarnos con sus propias palabras la enseñanza bíblica que se le ha dado. El alumno puede expresar esa comprensión por medio de decir qué entendió, o por medio de construir un instrumento en el que muestre su comprensión. Ese instrumento dependerá de las capacidades del alumno: puede expresar oralmente lo que entendió de la enseñanza, o hacer dibujo, o un cuadro sinóptico, o un ensayo, o participar en un debate, o crear un trabajo manual, o crear y participar en un drama o representación teatral,  o un socio-drama, etc.
Convencerse de que la palabra de Dios es lo mejor.
El alumno debe tener una convicción muy fuerte de que la palabra de Dios es lo mejor para su vida y para el mundo. Su convicción en la verdad de la palabra de Dios debe llegar hasta el extremo de estar dispuesto a guiar su vida por la palabra de Dios. Su fe en los principios bíblicos debe hacer que la palabra de Dios sea su norma de creencia y de conducta. Un discípulo de Cristo está plenamente convencido de que su vida debe vivirse haciendo la voluntad de Dios tal como se muestra en la Biblia. El convencimiento incluye el hecho de que los principios bíblicos deben obedecerse en todos los campos de nuestra vida y con una actitud de alabanza y entusiasmo. Cuando se tropiece con alguna dificultad, el verdadero discípulo no desmaya, sino con toda convicción dice como Pablo: “Sé en quien he creído y estoy seguro” (1 de Timoteo 1:12b).
Experimentar La Palabra De Dios
He aquí el último paso del proceso enseñanza – aprendizaje sin el cual no podemos decir que realmente se ha enseñado. Cuando el alumno comienza a vivir de acuerdo con lo que se le ha enseñado de la palabra de Dios, entonces podemos decir que ha aprendido la palabra de Dios. Eso debe hacerse con todo principio bíblico que se le presente: vivir de acuerdo a ese principio. Eso y no la verbalización es lo que hará cambiar al mundo. El que verdaderamente ha aprendido la palabra de Dios, cambia su forma de vida pues ella “es viva y poderosa y más cortante que toda espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos”. (Heb. 4:12). Nadie puede ser el mismo después de una experiencia así. Lo demás, es palabrería.

6.- Factores Que Afectan El Proceso De Enseñanza – Aprendizaje
Dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios
hay factores que afectan para bien o para mal ese proceso. La mayoría de educadores están de acuerdo en ubicar esos factores en el maestro, en el alumno y en el contexto del aprendizaje.
El Maestro
La personalidad del maestro.
Es un factor clave que el maestro tenga una personalidad cristiana. Empezando porque debe ser un creyente. Puesto que la enseñanza cristiana consiste en un encuentro personal con Dios, quien no lo haya experimentado no puede enseñar lo que a él mismo no le ha ocurrido. Nadie puede enseñar lo que no conoce.
El señor Jesucristo es el modelo del maestro, a Él se le llama “el Divino Maestro”. Su personalidad atrajo multitudes. El carácter de Jesús era “humilde de corazón” (Mateo 11:29), y al mismo tiempo la gente se admiraba “porque les enseñaba como quien tenía autoridad, y no como los maestros de la ley” (Mateo 7:29). La gente venía a escuchar su enseñanza y le traían sus hijos para que orara por ellos (Mateo 19:13).
La actitud del maestro hacia la Biblia.
Jesucristo tenía en alta estima a la Biblia. En sus discusiones con los líderes judíos les decía: “Ustedes andan equivocados porque desconocen las Escrituras y el poder de Dios” (Mateo 22:29). Y también anda muy equivocado aquel maestro que desconozca hoy en día la enseñanza de la Biblia y tenga una actitud de menosprecio hacia ella o que base sus enseñanzas en algo diferente a la palabra de Dios. El problema de los enemigos de Jesús era que en realidad no le enseñaban a la gente la palabra de Dios sino sus propias ideas y por eso Jesús les dijo: “En vano me adoran; sus enseñanzas no son más que reglas humanas” (Mateo 15:9).   
La actitud del maestro hacia el alumno.
Jesucristo amaba a la gente y eso le motivaba a enseñar. La Biblia nos dice que “al ver a las multitudes tuvo compasión de ellas” (Mateo 9:36). Una actitud de menosprecio o de temor hacia los alumnos es un factor que afecta el proceso de enseñanza – aprendizaje de una manera tal que lo puede bloquear. El maestro(a) cristiano(a) debe tener en alta estima a sus alumnos, amarlos, tomarlo en cuenta y creer que ellos pueden culminar el proceso con éxito.
La actitud del maestro hacia la enseñanza.
El nombre más común para referirse a Jesucristo en los evangelios es el de “maestro”. Jesús creía en la enseñanza. Un maestro que no crea en la enseñanza no llega a nada con su actividad. El maestro debe creer tanto en la enseñanza que él mismo debe ser un alumno. Ser maestro es considerado en el Nuevo Testamento como un don de Dios (Ef. 4:11).
El Alumno
La actitud del alumno hacia la palabra de Dios.
Los primeros discípulos estaban ávidos de la enseñanza de Jesucristo, le decían: “Señor, enséñanos...” (Lucas 11:1b). El maestro debe tratar de despertar el interés de los alumnos hacia la palabra de Dios para que el proceso pueda darse con efectividad. Es importante que el maestro conozca cuál es la actitud del alumno hacia la palabra de Dios y hacia la iglesia donde es enseñado.
La actitud del alumno hacia sí mismo.
Una actitud de baja autoestima, de que “la palabra de Dios no es para mí” puede ser fatal para el éxito del proceso de enseñanza – aprendizaje. Lo hermoso de la enseñanza cristiana es que no importa lo que uno piense de sí mismo, la Biblia trae mensaje para uno. El maestro debe mostrarle eso al alumno para que tenga un adecuado concepto de sí mismo y eso favorezca el aprendizaje.
La actitud del alumno hacia el maestro.
Si el alumno con confía en su maestro o maestra es difícil que aprenda. Se necesita cambiar el concepto del alumno hacia el maestro ya sea por medio de que el maestro muestre un verdadero testimonio o por medio de que el alumno venza prejuicios.
El Contexto De Aprendizaje.
El contexto de aprendizaje tiene que ver con el lugar y el ambiente donde se imparte la enseñanza. Es importante que el ambiente sea amistoso, acogedor, agradable, abierto al diálogo. El lugar debe ser lo más cómodo posible y el número de alumnos manejable.

LA LEYES DE LA ENSEÑANZA
“SI DEJA DE CRECER HOY, DEJARÁ DE ENSEÑAR MAÑANA"
 LEY DEL MAESTRO El maestro debe conocer lo que va a enseñar... El conocimiento imperfecto se reflejará necesariamente en la enseñanza imperfecta. (John Milton Gregory).
   LEY DE LA EDUCACIÓN "La manera en que las personas aprenden, determina cómo usted enseña". La verdadera función del maestro es crear las condiciones más favorables para el aprendizaje... La verdadera enseñanza no es la que imparte conocimiento, sino la que estimula a los alumnos a obtenerlo. Es posible decir que enseña mejor quien enseña menos. (Jhon Milton Gregory).
 LEY DE LA ACTVIDAD "El máximo aprendizaje es siempre el resultado de la máxima participación". El conocimiento no se puede pasar de una mente a otra como si fuese una sustancia material, porque los pensamientos no son objetos que se sostienen en las manos y se palpan...Las ideas deben volverse a pensar, la experiencia debe volverse a experimentar. (John Milton Gregory).
 LA LEY DE LA COMUNICACIÓN "La comunicación eficaz requiere la construcción de puentes". Es la misión del maestro. por simpatía, por ejemplo, y por cada medio de influencia-objetos para los sentidos, datos para el intelecto- estimular la mente de los alumnos, incitar sus pensamientos...El mejor de los maestros dijo: "La semilla es la palabra". El verdadero maestro remueve la tierra y siembra la semilla. (Jhon Milton Gregory).
 LA LEY DEL CORAZÓN "La enseñanza que impacta no es de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón". ¿Cómo puede la actitud del maestro dejar de ser fervorosa e inspiradora cuando el tema es tan rico en la radiante realidad? (Jhon Milton Gregory).
 LA LEY DE LA MOTIVACIÓN "La enseñanza tiende a ser más eficaz cuando el estudiante está apropiadamente motivado". La naturaleza de la mente, hasta donde podamos comprenderla, es aquella de un poder o una fuerza que los motivos activan. El tictac del reloj tal vez suene en el oído, y el objeto que pasa puede pintar su imagen en los ojos, pero la mente distraída ni oye ni ve. (Jhon Milton Gregory).
 LA LEY DE LA PREPARACIÓN "El proceso de enseñanza- aprendizaje será más eficaz si tanto los estudiantes como el maestro están adecuadamente preparados". Muchos maestros van a su trabajo parcialmente preparado o sin ninguna preparación. Son como mensajeros sin un mensaje. Les falta todo el poder y el entusiasmo necesarios para producir los frutos que tenemos el derecho de recibir como producto de sus esfuerzos. (Jhon Milton Gregory).

7.-  El Cambio De Actitudes

Para poder tener éxito en el proceso de enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios, es necesario que se den una serie de cambios en las actitudes de todos los que están envueltos en el proceso. Esos cambios se dan en el momento de que alguien se hace cristiano, a través del cambio en los conceptos y a través de experiencias. Esos cambios los puede experimentar tanto el maestro o maestra como los   alumnos (as).
Cambio de actitudes a través de la conversión.
Por conversión entendemos la experiencia que vive alguien al hacerse cristiano. Jesús dijo “El que crea y sea bautizado será salvo” (Marcos 16:16). Tras esa frase hay muchas implicaciones: El que cree se arrepiente de su mala vida, está dispuesto a declarar públicamente su fe en Cristo y se bautiza de buena voluntad para el perdón de los pecados y recibir al Espíritu Santo (Hechos 2:38). Así que una persona que crea y se bautice (en ese orden, pues nadie puede cambiar el orden divino) es cristiana, se ha convertido en cristiano (a). No hay otra manera de salvarse sino como dice Jesucristo “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” (1 de Timoteo 2:5)
¿Qué pasa en una persona cuando llega a Jesucristo?
1. La persona es salva.       
Eso quiere decir que todos sus pecados han sido perdonados (Hechos 2:38) y que ha recibido una nueva naturaleza. Es como si naciera de nuevo (Juan 3:3). Es como si fuera otra persona, una nueva creación (2 de Co. 5:17). Ahora somos “hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica” (Efesios 1:10)
2. La persona despierta un profundo deseo de seguir la voluntad de Dios.
Ahora la persona quiere obedecer a Dios en todo y ajustar su vida a lo que quiere Dios de ella. Eso quiere decir que le tiene una profunda confianza a la palabra de Dios y muchos deseos de aprender las enseñanzas de la Biblia. No tiene ningún pero ante el conocimiento y la obediencia de principios bíblicos que le obliguen a cambiar sus patrones y modelos de vida. Está dispuesta a acabar con todo aquello que le había mantenido separada de Dios (Hechos 19:19; Efesios 4:25-32; 1 de Pedro 3:1-7)
3. La persona recibe un poder liberador que la ayuda a tener victoria sobre el mal.
El Espíritu Santo habita en la persona y eso le da un poder inmenso para vencer la tentación y la persecución. El Espíritu Santo la dota con algún don o dones (1 de Co. 12:7) para servir a Cristo en la iglesia. Ese poder es un anticipo del goce y la herencia que recibirá en el cielo (Efesios 1:14)
Cambio de actitudes a través del cambio de conceptos.
Las actitudes también se cambian a través del cambio de conceptos. La enseñanza de la palabra de Dios debe producir un cambio de los conceptos humanos y carnales hacia Dios, hacia la Biblia, hacia la iglesia,  hacia la gente y hacia uno mismo.
Cambio de actitudes a través de experiencias.
A través de acercarse en forma práctica a Dios, la Biblia, la iglesia y la gente con una óptica bíblica, cambiamos las actitudes hacia ellos. La enseñanza cristiana debe enfocarse en el cambio de actitudes hacia:
-Dios.
-Uno mismo.
-La familia.
-La Iglesia.
-Los no creyentes
-Del círculo familiar.
-Del círculo de trabajo
-Del círculo social:
-Los violentos.
-Los encarcelados.
-Los enfermos.
-Otros grupos religiosos.
-Otros grupos sociales.
El programa de enseñanza o currículo de una iglesia de Cristo debe abordar poco a poco y a medida de las posibilidades de la iglesia local los temas anteriores y trabajar sobre ellos en los procesos de enseñanza – aprendizaje.

8.- Homiletica

Es el arte de trazar un sermón y contiene doce(12) pasos:
1.- Texto: es la cita bíblica
2.- Asunto: es la parte general del tema
3.- Tema: es la parte central del sermón que sirve de sujeto en la oración
4.- Titulo: es el nombre que se le da al sermón
5.- Proposición: es el corazón del sermón
6.- Fase introductoria: se divide en tres: (a) introducción; es la manera como el predicador se introduce en el mensaje. (b) parte esbozada; es el significado que se le da a la palabra según diccionario bíblico. (c) concepto; es la explicación de la palabra.
7.- Oración transicional: nos indica hacia donde vamos en el estudio del tema y dice así: al analizar el estudio, según el texto bíblico nos damos cuenta y se cae en el tema.
8.- Parte interrogante: es la que hace la pregunta
9.- Parte clave: es la que responde a la pregunta y se dice: por las siguientes razones o maneras.
Sermón # 1
Texto: Juan 3:16
Asunto: El amor de Dios
Tema: Un regalo de Dios
Proposición: todo cristiano debe conocer.
Vamos al paso nro. 6 (Fase introductoria)
a.- introducción: el amor de Dios es grande y maravilloso.
b.- parte esbozada: la palabra amor significa según diccionario Bíblico: karitma, compasión, misericordia, ternura.
c.- concepto: el amor de Dios es sublime como el horizonte que traspasa el cielo.
Vamos al paso nro. 7 (oración transicional); al analizar el estudio según el libro de Juan 3:16, nos damos cuenta de la importancia del amor de Dios.
Vamos al paso nro. 8 (parte interrogante), ¿Por qué es importante el amor de Dios?
Y caemos al paso nro.9 (parte clave) que contesta la pregunta; y se dice por las siguientes razones.
10.- División: toda división debe tener:
P: se presenta: ¡oh cuan grande es el amor de Dios ¡
E: se explica: El amor de Dios es sublime puro, no se irrita, no tiene envidia.
I:   se ilustra: hemos tomado la historia de Ruth y Nohemí.
C: se confirma por la palabra: Libro de Ruth capitulo 1:16,17.
A: se aplica a nuestras vidas: el que no ama a su hermano no a conocido a Dios (amor a nuestra familia, nuestros hijos, al prójimo)
11.- Oración: objetiva: por lo tanto al haber analizado el estudio en Juan 3:16, nos damos cuenta de la importancia del amor de Dios.
12.- Recapitulación: se repiten las divisiones en tono de voz más fuerte y con más rapidez, luego se llama al auditórium a pasar, para orar por ellos.
8.-  Conclusiones
Hay una sensación de fracaso y de “no estar haciendo mucho” con la forma en que estamos enseñando la Biblia en las iglesias. Igualmente un deseo de enseñar con eficacia.
La enseñanza bíblica cristiana tiene como fines el posibilitar un encuentro personal con Dios a las personas no creyentes, mantener la experiencia personal con Dios en los creyentes y preparar a los niños para un encuentro con Dios.
Enseñar desde el punto de vista bíblico cristiano consiste en que la gente tenga un encuentro personal con Jesucristo y mantenga esa relación personal con Él durante toda su vida.
El proceso de enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios tiene las siguientes etapas: conocimiento de la palabra de Dios, comprensión de la palabra de Dios, convencimiento de la palabra de Dios y experiencia con Dios y Su palabra.
Hay factores que afectan el proceso de enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios. Esos factores tienen que ver con el maestro, el alumno y la atmósfera en que se lleva a cabo el proceso.
El proceso de enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios involucra un cambio de actitudes de parte de todos los que participan en él. Esos cambios de actitudes se dan principalmente mediante la conversión  de la persona a Jesucristo, mediante el cambio de conceptos y mediante experiencias vividas con una mentalidad bíblica.

 En Dios encontramos la fortaleza necesaria para asumir los retos que constantemente nos depara la vida. En Su ayuda y acompañamiento permanente está el secreto para salir airosos y vencedores en cuanta misión se nos encomiende. Usted y yo nacimos para vencer. Nada determina que no podamos asumir retos y además, alcanzar la victoria. ¡Usted puede, con ayuda de Dios! Espero en mi Señor que una vez recibidas estas clases puedan estar seguro del llamamiento que Dios te ha hecho como líder, y así también puedan contribuir a la en enseñanza a otros para que ellos también puedan aprender y entender el significado de lo que es un verdadero líder en las manos de Jesús  y también estoy seguro que se aprenderá de cómo trazar  un mensaje aplicando la homiletica.

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